2.08.2009

Era el mismo que habá visto en las papas fritas, en la esquina de "J.M Carrera", más atrás en el pub-sucho, en todas partes y ahora estaba ahí en el mismo sentido caótico al que conducía su vida. Lo extraño fue que no le mencionó a nadie su secreto deseo, ni mucho menos la cantidad de coincidencias que sólo destacarían lo rara que había sido, ella había actuado muy rara.

Se descartaban las posibilidades, la boca estaba cocida, el estómago revuelto, perecía ser una condena, había mucha gente en el bus. Buscó extraña lo inexistente y lo encontró sin saber que eso era lo que esperaba encontrar. Lo había olvidado, todo lo que se había imaginado había pasado y ya, pero un mal argumento la llevó hasta econtrarse con ojos almendrados.

- "Adelante!!... la fila, el lolo de allá atrás, muévase porfavor... " se le perdió y no lo volvió a encontrar, no almenos para guardárselo que fuesen 5 egundos sin que él lo notase. Quería guardárselo, saborear el retrato almidonado de la ilusión. 5 segundos no eran suficientes, demasiado escasos como para dibujar el esquema geográfico de la nariz, boca y pómulos, pero para los ojos tenía que ser menos tiempo y más agilidad, una milésima ya se convertiría en eternidad y frente a eso quedaría al desubierto su inmiscuída osadía de querer absorberlo en su totalidad, ella sería la tonta y él el escandalizado. Podría haber funcionado. Aguardó con secreta ironía, ruborisada de cabeza hasta los piez. Esperó hasta la ultima para quedarse con él, con la promesa, con la incertidumbre. Era el tiempo, algo requería su atención, debía contestar al llamado y se hizo tarde para él.

Se quedó mudita y somniolienta, sentada. Prefirió escuchar de reojo la atención, la redonda y perfecta mirada que le dirijió y que ella no respondió, por que eso la delataría. Se quedó mudita y somniolienta buscando lo que sabía que se le había perdido, resignada y con su coartada que jamás nadie le pediría.